miércoles, 25 de agosto de 2010

Sylvester Stallone (en The Lords of Flatbush)


En 1974, unos desconocidos Stallone y Henry "the Fonz" Winkler aparecieron en esta oscura película de bajísimo presupuesto e igualmente cortas aspiraciones, la cual, no obstante, ejerció un significativo influjo en sus respectivos estrellatos --entonces ya a la vuelta de la esquina-- y goza hoy de cierto culto. Winkler ha dicho en más de una entrevista a lo largo de los años que su popular álter ego televisivo fue modelado a partir del cómico antihéroe creado por Sly en este pequeño título.


Ambos integran una pandilla prototípica: chaquetas de cuero negro, blue jeans, vaselina, faltan a clases o se hacen expulsar, roban autos, etcétera. El guión, coescrito por Stallone, se divide principalmente entre las experiencias de su personaje y el de Perry King, un actor de carisma muy discutible. Afortunadamente, el Stanley (inevitable referencia a Brando) que interpreta el futuro Rocky es capaz de salvar el show. Uno de los episodios más divertidos es el del anillo que su chica, supuestamente embarazada, desea que le compre. La secuencia que lo muestra acompañándola en la joyería es una de las dos mejores en la cinta. La otra es la del palomar, que funciona como una suerte de entrañable parodia de On the Waterfront. Esos momentos dejan constancia previa del talentoso escritor de Rocky, y, cómo no, de una de las presencias más atractivas y menos aprovechadas de la pantalla.

viernes, 6 de agosto de 2010

Ann Sheridan


Pelirroja más atractiva ciertamente que, digamos, Rita Hayworth, y, por supuesto, mejor actriz que ésta, la figura de "la chica con sex-appeal" --"the Oomph Girl"-- es una de las más importantes en el cine del Hollywood de los 30s gracias a una interesante filmografía basada en una irrevocable voluntad de mostrar un talento que nunca llegaría a ser explorado del todo.

Tras una carrera como doble de cuerpo en Paramount, que la había descubierto en un certamen de belleza, Sheridan decidió olvidar sus frustraciones en los estudios Warner. Allí brindaría una genuina vulnerabilidad a verdaderos clásicos como Angels with Dirty Faces (1938) y They Made Me a Criminal (1939), protagonizados por estrellas que eran primeramente actores. Sheridan era la única estrella femenina que podía compartir un plano con James Cagney sin ser opacada dramáticamente, al contrario.

Por eso es que, por ejemplo, el propio Cagney eligió a Sheridan para su ambiciosa producción de City for Conquest en 1940. Aunque el filme, con Arthur Kennedy, Elia Kazan y Anthony Quinn entre otros grandes, no satisfizo a nadie, la actriz entregó un personaje pleno de emotiva intensidad y madurez creativa que por sí mismo justifica el visionado y el recuerdo de este melodrama musicalizado por Max Steiner alla George Gershwin.